
Hay cosas que no se olvidan,
hay veces que el pasado vuelve,
regresa a nuestras vidas,
buscando una palabra y una sonrisa.
Deja que tu mirada gobierne el momento
en el que habla tu alma,
y calla, al fin, el tiempo.
Hoy no encuentro mejores palabras que las tuyas, pero, te prometo, que encontraré las mías. GRACIAS por todo.
Estate tranquilo, porque seguiré manteniendo tu espada en alto.