18 mayo 2006

Suerte pequeño

Hace apenas dos semanas la noticia de una nueva vida llegaba a nuestra vida, llenándola de alegría, esperanza e ilusión.

Hoy, la noticia de esa vida vuelve a nosotros, cargada de pena y de dolor.

Este hecho me hace pensar y verlo desde Dios Amor.
¿Por qué consiente estas cosas? Eras un niño muy chiquito, de pocas semanas, muy fuerte pero a su vez muy frágil. ¿Qué culpa tienes tú?

La impotencia y el dolor hacen difícil encontrarle un sentido, porque siempre quedará ahí ese ¿Por qué?

A pesar de ello creo que si no has podido estar más tiempo aquí ha sido por que Él te ha elegido, porque te necesita.

Necesita tu libertad, tu belleza y sabiduría. Necesita de ti para que su Reino, nuestro Reino, sea como tiene que ser.

Tienes muchas cosas que aportar

Hoy te ha elegido a ti como ángel, como un nuevo ángel guardián.

Con ello también ha roto el corazón de una familia, pero si es lo que él quiere, así lo acepto.

Este es el momento de decirte Adios, pero prefiero decirte ¡Hasta la próxima!

No se hasta qué punto estaré delirando un poco, o sonará cursi y típico. Creo que todo ser humano tiene la necesidad de explicar los acontecimientos que le rodean, que se le escapan de las manos.

No se hasta qué punto será así lo que digo, pero quiero creer en ello, en que ese chiquito que en principio íbamos a conocer en pocos meses ahora está al lado de Dios, cuidando de nosotros.

¡Te quiero pequeño, suerte!

08 mayo 2006

Amor de hijo


Siempre se habla del amor de una madre por sus hijos, de esa conexión que surge en el mismo momento en que ambos se sienten. Esa que hace a una madre dejar todo por hacer que su bebé esté bien.
Con el paso de los años, ese que fue bebé, que necesitaba a su mamá siempre con él se va independizando. Va haciendo las cosas por si mismo hasta que es capaz de formar su propia familia.
Existe una aparente desconexión de la madre, «No la necesito, puedo hacerlo solo».

Pero solo hace falta fijarse un poquito para ver la mentira en esas palabras, para ver el brillo en los ojos de ese pequeño que ya creció al hablar de su madre. Esa que ahora llama madre, esa a la que su corazón siempre llamará mamá.
Ese es el amor de hijo, el que está escondido porque le da miedo salir directamente a la luz.


Gracias por dejarme verlo, y perdón por haberlo descubierto.